miércoles, abril 19, 2006

¿Qué queda?


Fuera de la caja Posted by Picasa

Me ha llevado quince años. He arrastrado todo ese tiempo el lastre de unas amistades que no eran tales, pero que nunca tuve el valor de abandonar porque eran las únicas que tenía (sí, sí, lo sé, nunca fueron tales) Y por fin un día me cansé. Decidí que era lo suficientemente persona como para vivir sin ellos.

Ya soy capaz de conocer a gente que valga la pena. No soy aquel niñito asustado al que pueden dominar con sus chantajes emocionales y eso me hace sentir orgulloso de mí. Pero por otro lado no soporto el tener que pasar por al lado de personas que fueron como hermanos y no poder ni mirarlos. Al fin y al cabo, ellos son un grupo y yo estoy prácticamente solo.

Exagero. No estoy solo. Quizá estoy rodeado por las mejores personas con las que puedo contar. Es sólo que realmente me gusta autoabastecerme, autoayudarme, autocompadecerme, autoperdonarme, autoconvencerme... A lo mejor no estoy acostumbrado a que me quieran como me quieren algunos (que si leen esto y se sienten aludidos quiero que den un chasquido de dedos, que me hace ilusión) O a lo mejor sólo soy un niñato egocéntrico. O a lo mejor toda mi vida ha sido mentira y ahora me despierto en medio de un psiquiátrico y me cuentan que toda mi vida ha sido una alucinación producida a raíz de una intoxicación de perejil.

En cualquier caso, ahora lo tengo todo. O todo lo que deseaba cuando era pequeño. Pero empiezo a necesitar más y más y siempre tengo esa sensación de que me falta algo (ese algo por el que tantos se lamentan continuamente, otros pasan toda la vida buscando y otros dicen que no existe) Tiene que haber algo más. Mis límites de felicidad se han expandido y ya no me basta con lo que siempre quise para alcanzarlos.
¿Qué será lo próximo? Si corro hacia esa frontera, ¿será dirigirse valientemente hacia el futuro o huír a toda prisa del pasado? ¿Me importó algunas vez el honor de ser valiente? ¿Tiene sentido lo que estoy escribiendo?
Un lobo, dos lobos, tres lobos...

miércoles, abril 12, 2006

Batallas en el subconsciente


Posted by Picasa

- Ah... eres tú, me dijeron que habías huído
- Y es lo que hice
- Admito que jamás te creí capaz
- ¿Por qué?
- No sé... supongo que siempre pensé que hablabas mucho y actuabas poco
- Curioso... yo siempre pensé que conocías mis habladurías y no actuaciones. Cómo cambian las cosas ¿no crees?
- Supongo que sí, aunque nunca he dicho que no las apreciara
- ... y los ingenuos mueren por idiotas
- ¿Por qué intentas aparentar que estás a la defensiva?
- Es mejor que te preguntes por qué huí

viernes, abril 07, 2006

Amores en potencia


A traves de la pared Posted by Picasa

No te diste cuenta, pero la primera vez que te vi me temblaron las piernas. Nadie tiene ese poder sobre mí ¿De dónde lo sacaste? Yo tenía que ser callado y distante, pero en esos momentos no me salió, como tampoco me salió pronunciar alguna frase con sentido... Vale, está bien, nunca digo frases con sentido, pero habría sido perfecto hacer una excepción ahí.

Y tras esa conversación de tres frases, tampoco supiste que esa noce no pude dormir pensando en una persona de la cuál no podía recordar la cara (aunque su sonrisa se que quedó marcada en la retina) Apenas recordaba la estatura. Pero en mi imaginación pude hacer maravillas. No te preocupes, nada sexual porque te respeto, como diría cierto gracioso ser de mi vida. Sólo necesitaba un abrazo de unas 3 horas y palabras imaginarias en mi oído. Y planes futuros que nunca se realizarían.

Sólo un día de fantasía. Si hubieses existido dos más como ése, ahora estaría dedicándote todas mis fotos y todo lo que escribiera. Pero no me permití un día más como aquel ni una conversación más.

Porque lo que yo pretendía era imposible. Por completo. Para qué engañarnos. No es pesimismo. Es evitar repetir desagradables historias pasadas. No puedo volver a verte porque sé todo lo que sucederá a partir de ese momento.

Pero durante unas horas inventé algo que no podía existir y lo hice tan real como pude ¿Y sabes qué? Sólo me hace desear aún más lo real.

domingo, abril 02, 2006

Para que los interrogantes se echen a dormir

Me encantaba sacar de quicio a mi madre cuando caminábamos juntas por la calle preguntando por qué a todo. Yo tenía cinco años, era tan atravesada que ella siempre terminaba parando el paso y amenazando con que si no me callaba me dejaría en el trabajo de mi padre en donde solía aburrirme demasiado. Yo hacía caso, guardaba silencio y me reía sin que ella se enterase.
Aunque sólo lo hiciese por fastidiar, el porqué eterno de todas las tardes se fue desvaneciendo con los años, hasta el punto en el que incluso estoy segura de que ha desaparecido.
¿Por qué son las cosas así? Porque no tiene sentido, porque todo ha dejado de existir, porque nada de lo que percibí fue alguna vez cierto.
Néstor era de los que siempre terminaban diciendo "porque sí", y yo lo odiaba, pues no sabía cómo contestar ni reaccionar ante eso.
Tengo 18 años y he dejado de pedir explicaciones a mis padres, a mi hermano, a mis amigos y a mis sustitutos de amigos de los que egoístamente me aprovecho... y así, me engaño cada vez más afirmando que ninguno de ellos podrá darme la respuesta que yo espero.
A ti te hablaba de círculos, de supuestos personajes que se cerraban en sí mismos porque decidían ignorar al mundo y no ser más que observadores que no sentían nada. Y yo quería ser igual que ellos dos años después, para olvidarme de todo y fingir mi propia amnesia, sin siquiera plantear de nuevo qué conseguiría con ello.
No quiero cuestionarme nada y es que, a día de hoy, no hay nada que cuestionar.