domingo, abril 03, 2011

R, vida y obra.


Podemos entonar un escandalizado "quién se iba a imaginar que acabaríamos así", pero lo irónico de la historia es que fue él el único que no cambió de los tres. El viernes por la noche, la última vez que nos vimos a modo de adiós, repetía una sobreactuación tras otra, una idiotez tras otra, un "oh qué raro soy" tras otro. Todo aquello que antes lo hacía apurruñable y que de algún modo nos enamoró de él se había convertido en un veneno al que nos volvimos alérgicos del mismo modo que pasa con las abejas: la primera que te pica es la que te vuelve intolerante a las siguientes.

R entró a nuestras vidas como una revelación, alguien a quien de verdad quisimos hasta ese punto patológico del amor en el que eres incapaz de ver que el otro no te corresponde. Era alguien que nos creaba sincera admiración por sus convicciones que, a nuestros diecisiete años y rodeadas de palabraría grandilocuente, nos engañaron y nos nos dejaron ver que eran una simple barrera para ocultar el vacío más absoluto. En parte supongo que tú y yo fuimos idiotas por no mandarlo a la mierda en su momento, pero en realidad siempre fue él quien cometía en grandísimo error de herir a las únicas personas que probablemente lo hayan querido en su vida.

Ahora es sólo un muñeco patético, una vieja gloria de un circo ambulante reclamando la atención que le dábamos cuando éramos quinceañeros y radicalitos. Un viejo de 23 años desesperado por colgarse de la oreja de cualquiera que pase por la calle y contarle su vida, su sucesión de nadas inútiles, alguien que ya no finge que no sabe escuchar. Qué iba a aprender si ya se sabe solo, envenenado por su propio odio y su última batalla consiste en retrasar ese momento en el que comprenderá que quizá no es culpa del mundo ni del sistema, sino que él es el único malvado. El idiota.

En secreto diré que me lo crucé una última vez después de este encuentro y miré para otro lado fingiendo no verlo. Visto desde fuera, fue un homenaje más que sobrado. Faltó, quizá, el vídeo musical con Memorias de África como banda sonora, recordando que también hubo buenos momentos y que con esta historia ninguno hemos ganado.

martes, marzo 22, 2011

Malas referencias

A veces me acuerdo de cuando yo todavía me acordaba de ti. Debe ser cosa del nuevo orden mundial... tan pronto me hace ilusión que hablen en las noticias sobre un apocalipsis nuclear, como le veo el encanto a aquellos que todavía pretenden salvar el planeta. No es nada tierno, es más, es frustrante que aún sigas escuchando la misma canción.

miércoles, octubre 13, 2010

true love will find you in the end.

Está claro que el mundo es un pañuelo. O más bien, visto lo visto, un cleanex usado y arrugado perdido en el fondo del bolsillo de alguna jubilada con amagos de demencia senil.

lunes, octubre 04, 2010

no espe.


En las últimas semanas he recibido señales que lo indicaban, pero desde hoy lo puedo comunicar oficialmente: estoy inmerso en un cambio de ciclo. Mejor dicho, he decidido que estoy en un cambio de ciclo. O mejor dicho aún, necesito sentir que mi vida de alguna manera está cambiando porque vivo en esa (des)ilusión que es el dia de la marmota.
En cualquier caso, son buenas noticias. Cuando cambio de ciclo, inicio unos trámites de divorcio psicológico de mi antiguo yo hasta el punto de traer mis propios recuerdos a la mente como si fuesen la vida de otro, como si estuviera recordando algo que me contó alguien que le pasó a otra persona.
De esta manera, delego todos mis traumas y malos recuerdos en otro ser al que no vuelvo a ver aunque los demás piensen que sigue vivo.
Me alegra hacerlo por fin público ya que, así, el proceso de cambio de ciclo es inevitable. Aunque sólo sea por no quedar mal. Mañana es lunes, mi nuevo día favorito de la semana. E, cuando leas esto llama a la policía.

domingo, junio 06, 2010

desencantos, desencuentros.


Se supone que tendría que estar escribiendo un trabajo sobre religiones, pero no se me ocurre una manera delicada de escribir en italiano a un profesor creyente que yo dejé de creer en Dios al mismo tiempo que en los Reyes Magos y el Ratoncito Pérez.

jueves, junio 03, 2010

Energía potencial


Odio no haber escrito nada en el blog en todo este año de estancia en Roma, porque de esa forma podría comprobar cuál ha sido mi progreso, descartando "involución" por ser políticamente incorrecta con mi autoestima, en ese tiempo.
Resulta frustrante irte a vivir la experiencia de tu vida a miles de kilómetros de casa, la experiencia que todo el mundo aseguraba que te cambia la vida, y a los nueve meses tener esa sensación de seguir con las manos vacías. He cambiado de ciudad, he venido solo a la urbe más caótica que haya visto dejando atrás demasiadas cosas que en realidad no quería dejar para simplemente descubrir que en todo el mundo la gente es horrible y que, como de costumbre, sólo se salvan unos cuantos.
De repente te encuentras en medio de la Ciudad Eterna sin nadie que te importe de verdad y con todos tus miedos infanties y juveniles resucitando y volviéndose cada vez más fuertes. Y no ayuda que te roben la fianza, la bicicleta, el mp3 y la cesta de la compra que aún no has pagado. Y no ayuda que los chicos guapos me amen. Y no quiero tanta fiesta porque oír tantas tonterías me provoca espasmos tetánicos...
Y entonces llego a hoy. Queda un mes exacto para irme y se encienden las reversas. Todo es efímero, todo el tiempo los has desperdiciado y todo empieza a cargarse de una energía potencial para provocarte todo tipo de sensaciones que antes eran imposibles sin alcohol o una sobredosis de cafeína. Malditos los que se han pasado todo el tiempo de fiesta por idiotas que fueran. Ojalá hubiese pensado menos... Sin embargo, de repente llegan tres mensajes de tres personas diferentes, los que se divertían mientras tú te autocompadecías, haciendo evidente que ellos también sufren el efecto de "todo se acaba". No se atrevieron a decirte esas cosas hasta hoy que han empezado a sentir que queda muy poco. Es el poder del adiós, cuando ya no queda nada que perder y todo se puede poner en riesgo.
Al final, a todos nos parece que hemos desperdiciado el tiempo, pero en realidad es imposible vivir intensamente mientras no estés en el límite. Menos mal que todo se acaba, porque si no la belleza sería imposible.
¿Puedo decir que gané?

domingo, marzo 14, 2010

Sobre política

Somos como Marilyn y JFK. Claro que, pensándolo bien, tú no eres ningún sex symbol... ni yo llegaré nunca a presidenta.