martes, septiembre 11, 2007

Terror starts at home

Yo creía que su casa tenía un olor peculiar por naturaleza propia, algo que de alguna manera me trasladaba y me hacía sentir bien cada vez que pasaba por esa calle. A veces incluso resultaba triste, pero en el fondo era todo un placer dar con algo así de familiar después de tantos meses. Y hoy vuelvo a pasar de camino a la estación... ¿una tintorería en el piso bajo? Qué estupidez, no entiendo cómo no me había percatado antes.

No hay comentarios: